domingo, 1 de septiembre de 2019

Burundanga

 El vagón estaba helado, siempre había un pelotudo que no cerraba la ventana, y no era un tema de que le gustara el viento, o el frío, o de que me odiara a mi en particular, era vagancia.
Un padre y su hijo juegan en los asientos detrás mío, el niño se ríe muy fuertemente, pero no me molesta, pero estoy molesto, los de los asientos a la derecha que dan hacia mi frente me miran, saben que estoy molesto, que estoy haciendo un berrinche en mi cabeza o que me estoy perdiendo, se ríen un poco, se hacen los que me analizan, no me importa, pero me importa si piensan que estoy así por el niño de atrás.
No soy un viejo. Todavía soy joven. No soy un viejo.

Un cuarteto de estudiantes se sentó en los asientos cuádruples horribles del medio del vagón, no me observan de milagro pero no hay obstáculos entre nosotros, me puden ver.
Respiro profundamente, no quiero estar bien, quiero sufrir un rato, quiero llorar un rato, porque no puedo, porque no vere nunca mas a esta gente. Después quiero estar bien.

-¡Buenas noches, señores pasajeros! ¡Oferta de la noche, dos Choco-H, cuarenta pesos!

“¿Choco-Que? ¿Se refiere a los Hamlet?”
Casi se me escapa la pregunta, capaz escuche mal, capaz es una nueva estrategia de venta, capaz que eran chocolates nuevos.
Igual, cuarenta pesos, terrible, terriblissimo, terrible, aún como pelotudo que vive con sus padres no podía pagar algo así, aún si el vendedor pareciese hacer su mejor esfuerzo.

Pienso en boludeces, me deja dos hamlets sobre el muslo, me doy cuenta tarde, me tocaron, paro de respirar, pienso en muchas cosas, las olvido, las recuerdo, no me gusta que me toquen, no me gusta que me toquen el muslo, no me gusta el contacto no consensuado, ni por accidente, ni por mis parejas, ni por mis amigos y amigas.
Los dos chocolates “Hamlet” estaban sueltos, eran de un color raro, los tomó, eran sabor menta y algo, y detrás tenían pegado un papelito. Una carita feliz dibujada con lapicera negra.

Una idea horrible cruza mi cabeza, levantó la mirada, estoy solo, el niño había dejado de gritar de la risa hace rato, los estudiantes se habían bajado en Ciudad Universitaria seguramente, la pareja esa que me juzgaba, ya no lo hacia, ya no existía en este vagón.

Me levanto y revoleo los chocolates sin pensarlo.
Escucho un grito distorsionado, me están persiguiendo.
El papelito, mi percepción del tiempo, mi respuesta motriz, mi oído, mi vista, mi tacto, todo está mal funcionando. Soy una máquina.

Corró por el vagón, encima es larguísimo, pero solo este es largo, con cada puerta me alejare del vendedor.

Cerrada. La puerta estaba cerrada. Las puertas de los vagones no se cierran.
Siento una presencia detrás, una mano en mi hombro, veo las puertas laterales, para escapar, esta todo borroso, ¿está el tren en extremo movimiento, o solo soy yo quien ve borroso cualquier movimiento?
La mano se pone más firme. Saltó del tren.

“Cuarenta pesos, ¿tan criminal iba a ser?”

domingo, 18 de agosto de 2019

Orbita

 Abandoné todos mis proyectos el dia que me enteré de que Júpiter no orbitaba el sol.
Despertó una serie de ideas en mi cabeza, ideas que no tardaron en consumirme y desterrar conceptos antes inmutables de mi vida, familia, amigos, salud, todo se volvió dispensable.
En mis sueños me invadian estas ideas, los planetas, las estrellas, las anomalías radioactivas, el sol y todas las estrellas. Yo ya no era parte de la tierra, estaba completamente perdido en el abismo del espacio.

Sabía que me estaba acercando a algo tan grande que apenas podía comprenderlo, encontrar una billetera, personas importantes a las que les interesaba, la felicidad se me presento en forma de elecciones y hasta regalos, era absurdo, el mundo estaba tratando de negociar conmigo para que abandone mi misión.
El amor, el placer, la satisfacción de vivir una vida plena, todo ello era nada frente al secreto primigenio al que me estaba acercando.

Perdí un par de dedos de mis pies, pero podía caminar, mis dedos eran flacos pero todavia podian escribir, usar maquinaria y ayudarme a sobrevivir. Pero estaba agonizando. Muerto no servía en una carrera tan larga como esta.

Adoctriné a algunos jóvenes, idealistas con dolencias mentales, a un paso de la locura, moldeables o destruibles y reconstruibles, herramientas cuando termine de trabajarlos, mártires cuando ya no me servían.

“Instituto tecnologico Santo Theobaldo”

Use el nombre de Dios, como un código, no como una burla, no necesitaba gente que pretendiera que tenía algo que aportar, necesitaba gente tan dedicada como yo, lista para morir por la pieza de conocimiento más peligrosa de la historia humana.

Empecé a comer mejor, a dormir más, pero esto solo cuando mis nuevas energía y mi esperanza de vida estuvieran balanceadas con el tiempo estimado del descubrimiento.

Teníamos sangre en las manos, pero sangre bendita, sangre que consintió a ser usada a favor de algo tan colosal.
Nos acercamos, por lo menos lo suficiente para perder a casi todos mis herramientas, no había nada de trágico en ello, sino un placer enfermizo, el placer de las pruebas y los testigos, no de que esto fuera algo real,  porque lo fue desde que comenzó, sino de que era posible de realizar con manos humanas y en una sociedad tan apagada como esta.

Un hombre de blanco me visitó un poco después de esto, digo hombre, pero en sus ojos estaba la esencia de una era de personas y un fogonazo del conocimiento que estaba por encontrar.

“Estas conciente de las conclusiones, pero debo recordarte, no hay un final agradable a esto”
Su tono monótono me recordó a los bancos al explicar miscelanea sin importancia que de todas formas requeria ser explicada por ley si el cliente lo exigia. Este hombre me hablo sabiendo que no había nada que pudiera hacer para detenerme.

Pero no pude evitar pensar que quizás, había un peligro que no considere, mientras no tenia asco a la idea de abandonar mi humanidad o que la de otros cesé, algo había estado solamente en lo profundo de mi mente.

“Un destino peor que la muerte es el no haber existido nunca”

Pero seguí
Y seguí
Solo de nuevo, justificando cadáveres cada tanto, esquivando organizaciones una vez o dos por mes.
Y lo encontré.
Y tuve que decidir.
Entre escapar y observar la novedad desde adentro, o entre actuar, y terminar el extraño proceso geo-metafísico.

Me inyecte aire en una arteria, mientras observaba como solamente el reconocer la existencia de otro abismo tan grande o más grande que el que yo adoraba tanto, existiera, y de que seguramente, fuera algo exponencial, oscuridad al lado de más oscuridad, oscuridad superpuesta, oscuridad que mantenía a más oscuridades dentro de ella. Y lo más terrible de todo, sería la existencia de un abismo blanco.

El cielo.

lunes, 12 de agosto de 2019

Bleak. Historia aislada 1. "Sopa"

-Damos todo lo que podemos, pero es como caminar contra el ascensor.
-Pero si no hacen nada, van para atrás.
-Las finanzas son una mierda.
El hombre de traje parpadea, la mujer en harapos también.
El café estaba frío.
Ambos lo sienten, peligro inminente.
El cambio es peligro.

-¿Axel?
El hombre de traje, como cabeza tenía una cuchara, como manos, tenedores.
-No les puedo pedir que digan la verdad levantando su mano derecho, no puedo decirles que no tengan amor por el prójimo, no les puedo dar algo que evite su maldad, que la aisle, no puedo matarlos, no puedo matarme.

El ser comienza a clavar sus tenedores en su rostro, pero solo se raya un poco.

-Preguntame algo mas, preguntame si en verdad lo doy todo, si en verdad no lo quiero todo, mirame y decime que no confías en mí, que sabes que caí en un agujero que no pude ver.
-Ax…
-Entendé que pasa dentro de mi cabeza.

Clava sus manos en la mesa de madera y golpea su rostro de cuchara sobre la misma, se dobla en dos.

-No puedo ver, no puedo ver.

La mujer en harapos huye, pero la cafetería es infinita y no hay puertas.

-Entendé lo que le pasa a mi cabeza.

Corría y corría pero no avanzaba, las luces se apagaban y prendían.
El ser esperaba sentado.
El horror crecía exponencialmente, en su cabeza todo daba vueltas, en su cuerpo, todo se sentía absurdamente suave.
La mujer cae.

-Padre, su madre, mi hijo, tu hermano, madre, mi padre, su hermano, mi madre, preguntame todo, dimelo todo, pero solo se trata de mi.

La mujer se rinde después de un par de horas, se sienta con el ser, todavía incapaz de mirarla, una cuchara doblada con traje y manos de tenedor.

Cabeza de bowl, una sopa de fideos con carne, cilantro y espinaca, una rara combinación, su cuerpo de porcelana, un vestido floreada.


-Consume
-No.

Los dos siguieron hablando en el café infinito, esperando que el otro entendiera lo que pasaba en la cabeza del otro.

domingo, 11 de agosto de 2019

Hawaii Part II es buenisimo y no se usar tildes posta

Pienso en el condicionamiento, en todos esos experimentos sociales, como todos terminan desviandose de una manera u otra.
“No se si no soy yo”
No entiendo esta oración, pero cada vez que me la repito siento que me estoy yendo de mi cuerpo.
A veces me agarra mucho miedo, y agarro un juguete que tengo ahí tirado, le doy un nombre nuevo, le hablo, pero poco y nada, casi enteramente conciente de que no me escucha. Me aterran los “casi”.

Casi se muere, casi se salva, casi lo logra, casi, casi, casi.
No quiero ser polvo brilloso, desvaneciendome solo para que las estrellas enteras eclipsen la poca luz que dejare.

“No se si soy yo”
Por supuesto que soy yo y que se que soy yo, ser mi mismo es un problema en sí.
Aunque esa seria otra forma de decir que no me gusta ester vivo, lo que es una mentira.

La luz no eclipsa a la luz
Mi cuarto huele a viejo, pero no soy viejo, no es… ¿no es eso el olor de la naftalina?
Para pum pum para pa pa pa pa parapapa

Los pinceles me pesan, la pintura huele a todo, quiero pintar el mundo y cambiarlo, pero no quiero cambiarlo para el bien o para el mal, quiero mejores grises, rojos mas fuertes, verdes mas prominentes. El mundo no es un pedazo de papel, es un mural cagado a golpes.

Entende que anda pasando, en mi cabeza, te exigo que entiendas que pasa en mi cabeza
-Algo sobre payasos, un chiste sobreusado, una obra maestra, una canción al revés
Que cara de verga que es doctor.

Yo se que soy yo, y que me gusta mucho esta letra, se que estoy bien, pero un poco mal, que soy normal, pero que me duelen cosas que no se si a otros le duelen. Miedo a lo miedo de lo gente, gentusa miedosa, mia gente, mia mia, mia gente.

Busco estructura, busco una persona que me deje sentirme triste al lado suyo, no esta bueno que no me garantizen no mirar si me pongo a llorar, ni aunque sea catarsis nada mas.

La gente se va porque quiere, eso esta perfecto.
Nadie deberia forzarse a estar ni forzar a los otros a no saber la verdad.
Pero siempre vas a querer saber todo
Por que A, por que B, B es porque C, D no importa por ahora, no paso, uh, pero cuando pase, agarrate.

“Piensa estas ideas como luz ilimitada cerrando circuitos de…” la canción esta sonando, me encanta, no es tan pretenciosa como las cosas que suelo escuchar.

Condename a pasarla bien una vez.
No soy un genio, soy algo tonto, pero soy tonto por bronca, por ordén. Ordén de mi cerebro.
Ya estoy cansado, fisicamente, pero no quiero dormir.

Y ahi toca el climax, llega el climax, pero hay como dos mil climaxes, por eso me encanta esta canción

“Solo era un niño, te pido simpatia por mi” o algo así, es una canción sobre la lobotomia según genius.com, pero viste como son esos chabones.

Escribo esto por un bloqueo, para ver cuanto puedo forzar de mi, y pretender que me acuerdo de lo que pienso

“Entiende que pasa dentro de mi cabeza”
“Doctor no puedo saber si no soy yo”

Es la mejor parte, el mejor climax.
Estoy bien.
Solo tengo sueño.

martes, 6 de agosto de 2019

Los sueños de alguien mas. Sueño 2.

El esclavo

-Y muy grande el sol, y muy grande es… ¿mi amor?
Otro cuaderno que tiró, por una sola oración en una sola hoja.
Tengo una pequeña pila de ellos, una oración, unas palabras, un diálogo mediocre.
Y como siempre, tambien me duermo sobre la mesa y las manchas de café con moho.

Camino entre una niebla verdosa, no debo respirar hasta que salga de ella.
Encuentro algunos pozos en el suelo, pero no hay mucho más que ver, solo puedo caminar.
Algo de luz invade en la niebla, el sol, o quizás luz artificial, esto me impulsa a correr por alguna razón.
Pie izquierdo, pie derecho, corro tras nada, pie izquierdo, pie derecho, me acerco a algo que no veo.
Como no respiro me ahogo, la niebla sigue ahí, los pozos también, y me tropiezo, me caigo.
Pego un respiro por accidente, es refrescante, el no morir.
Sigo corriendo, ya no hay niebla, solo oscuridad, y seres infinitamente enormes, observandome desde una infinita distancia pero con presencias que se amalgamaban tan cerca de mi que parecían estar en todos los lugares a la vez.
Pero sigo corriendo. Ya no tropiezo.

Me despierto, arrancó la página escrita de cada cuaderno de la pequeña pila y junto las palabras y frases.
Poesía.

Los sueños de allguien mas. Sueño uno.

El enamorado

Estamos en un departamento, casi todo es liso, no hay manchas en las paredes, no hay arrugas en la ropa, no hay partículas de tierra bailando por los rayos de luz que entraban por las ventanas, era surreal, pero no algo que desafiara completamente la lógica.
También éramos siluetas, solo pude distinguir tu pelo corto y tus vestidos raros, pero por supuesto que eras vos.
Escuchamos música, sin letras, a veces un piano, a veces un tambor, el ritmo era hipnótico, pero era una melodía que se olvidaba apenas se escuchaba, por lo cual no tenía que pensar mucho en ello.
De estar viendo a través de la ventana (donde no había nada salvo un infinito color turquesa), en un pestañeo pasamos a bailar. Bailamos torpemente un valtz, salvajemente un rock and roll modernizado que no debía existir, y siguiendo tus pasos, un ballet etéreo, en el cual tu silueta se volvió algo transparente, y que cuando pasaba por la luz, formaba arcoiris de colores fríos.
Cuando el departamento perdia mas y mas detalles, y yo bailaba mas y mas suelto, tu rostro obtenia forma, muy lentamente.
Cuando más podía distinguirte, más cerca estaba de despertarme.

Una mancha de humedad en el techo sobre mí, mi ropa seca de ayer, en el suelo, arrugada, luz de luna tras la ventana, pequeñas partículas danzando. Todavía tenía un par de horas más para dormir.

martes, 23 de julio de 2019

Arboles. Capitulo B [O.G]

“Tomás” dicen, pero yo no soy Tomás, yo soy André.
Todos los días soy André, no me renuevo, no soy otro.
Caminó, ya no trotó, mis pies se sienten atados al suelo.
“Tomas” gritan, gritan mas y mas fuerte.
No podía seguir, no estaba cansado ni adolorido, no sentía nada.
Veo mis pies, no uso zapatillas ni zapatos, pero lo que veo son raíces, arraigadas al suelo.
Siento que voy a vomitar, pero no lo hago, en realidad ni siquiera sabía que era vomitar.
Mi cabeza comienza a partirse en dos, los gritos, las voces, los susurros, me rodean, se meten dentro de mi.
Doy un paso, las raíces se rompen, grito de dolor, doy otro paso, otro grito, grito lo mas fuerte que puedo, para no escuchar a las voces.
Corró, no veo el suelo, no puedo, solo puedo ver la oscura puerta de metal del observatorio, solo puedo correr hacia ella, no existe nada más.
“¡Tomás!”

Arboles. Capitulo 1 [O.G]

-El sol está más fuerte que nunca.
-Si, si.
Juan estaba absurdamente concentrado en el suelo, siquiera me escuchaba cuando hablábamos.
“diecisiete, diecinueve, veint… veintiuno.”
Habla en números, o susurra, susurra en números.
-Juan, ¿qué hacés?
Se sobresalta, como si yo no hubiese estado a su lado desde hace 15 minutos. Juan es un tipo raro.
-No, es, eh, números primos.
-¿Números primos?
-Si, números primos
-Necesito un poco más de información.
Se toma el rostro, me mira, piensa un poco, amaga un par de palabras. Juan es mi mejor amigo.
-Quiero aprender a decir la mayor cantidad de números primos seguidos.
-¿Pero por qué?
-¿Viste Johanna?
-Si, la de tercero, la que… quiere ser actriz, ¿no?
-Si, ¿y viste Mauro?
-El que se agarró a golpes con Joaquín, ¿ese?
-Si, ¿y viste Juan?
-No entiendo.
-Ese es el tema.
Juan no parecía que iba a llorar pero por los movimientos de su cara y como jugaba con sus manos parecía que la estaba pasando muy mal solo con hablar de esto.
-Yo soy solo Juan. No hay nada que me distinga, bueno o malo.
-Pero
-No, en serio, me pone un poco mal, pero por eso, voy a tratar de hacerme distinguible, aunque sea con algo estúpido como esto.
Sabía que Juan tenía sus problemas y se comparaba mucho con la gente, pero me apenó muchísimo el no haber percibido algo asi de grande.
Juan siguió susurrando.
-Ah, si, Juan, el que sabe de números. -Je.
Juan susurro un poco más fuerte.
El sol estaba mas fuerte que nunca.

Arboles. Capitulo A [O.G]

 Corría, cada paso era un poco más lento que el otro, y las voces se volvían más fuertes.
“Tomás” decían, “Tomás” gritaban.
Pero no estaban dentro de mi cabeza, por eso me perseguían, por eso corría. Ya había hecho paz con la idea, de que no había nada malo con mi mente.
Así que corría, corría hacia el observatorio, tan imponente como siempre, completamente negro, casi transparente contra el cielo un poco nublado, un poco estrellado.
“Pero eso no tiene sentido”
Las voces se acercan cuando pienso de mas, no corro, troto.
Pero se que voy a llegar.

domingo, 21 de julio de 2019

301

Caminamos acuclillados entre las paredes del callejón, paredes con ojos neutrales. Íbamos despacio, esquivamos la luz, pero queríamos correr y no parar.
Uno patea una lata, se para, disparan, cae, corremos, disparan, disparan, disparan, se detienen, disparan, caemos.
Chocó contra las paredes, nunca dobló sin chocarme, nunca corro sin tropezarme, apenas mantengo el equilibrio, ignoro los cadáveres, pero se que están ahí, y me dan arcadas, y sigo corriendo.
El disparo da miedo pero el sonido del bulto contra el piso espanta, le da tanto miedo a uno la mortalidad, la realidad, que se entrega a ella, consciente, subconscientemente,
Tengo rajado el cráneo, la sangre me tapa el ojo izquierdo y me faltan algunos dientes, pero no percibo ni me acuerdo cuando obtengo cada nueva herida, las piernas y los pulmones son los que importa, también la nariz, lo demás, lo puedo volver a comprar.

Me ahogo en las miradas antes que el ruido, yo tampoco haría nada en su posición, pero se siente mal igual. Salvanos, a todos, solo te cuesta la vida, uno es menos que cien, 80 kilos de carne por una tonelada de metal.

Pero corro solo yo, 140 kilos de metal, cables y silicona.
Mis otros trescientos yo están muertos o muriendo, los siento a todos, los extraño, los quiero vengar, pero soy solo piezas, estoy desconectado, estoy corriendo, corriendo con una herida de bala en el esternón.

Los sonidos no existen, las imágenes se oscurecen, se deforman, las paredes son más duras, los ojos mas grandes, los policias mas rapidos.

Chocó contra un joven de carne, mis piezas destrozadas, lo empalan, un error, imperdonable, pero el tiene un celular, prioridad.
Tomó el aparato a la vez que una docena de proyectiles se incrustaban en mi pecho.

Mis otros trescientos y un yo están muertos, todos muertos, pero yo soy nuevamente información, una sombra de lo que fuí, pero listo para volver.

Untitled (Remastered) - The Cure

-¿Estas escuchando The Cure?
-Eh, si.
-¿Por que?
Y con esa pregunta pelotuda el chabón me volo la cabeza.
Capaz que el ni sabía, pero a mi The Cure nunca me gusto ni me disgusto, y eso mismo era algo que cada tanto me volvía, “¿por que no te gusta? No es distinto a lo que escuchas ni es algo popular por nada.” y aca me doy cuenta que estoy escuchando Untitled, remasterizado, y es una canción… Es una canción de The Cure, no es otra cosa, pero la agarre por una recomendación rara, uno que tiro “la mejor canción de todas” en un grupo de internet bastante elitista, y ninguno lo contradijo.

¿Por que escucho The Cure justo ahora?
Es verdad que quiero encontrar ese temita nuevo que por unos tres días me llene la cabeza de ideas y al cuarto no me sirva mas, pero ¿The Cure? Posta chabón, chaboun, chabioni, chaoubunburunbete.

Me vuela la cabeza el pibe, con esa pelotudes, y el pibe ni siquiera existe, es un pensamiento asi de la nada, un “¿por que estoy haciendo x cosa?”, porque soy colgado y a veces me olvido, y siempre en mi cabeza tengo una explicación absurdamente pretenciosa, o algo que voy complejizando en el momento, como si me estuviera inventando una mentira a la par de cuando empiezo a contar algo, que me doy cuenta, es muy aburrido.

Burundanga

 El vagón estaba helado, siempre había un pelotudo que no cerraba la ventana, y no era un tema de que le gustara el viento, o el frío, o de ...